Muy aterradores los momentos, sobre todo para los dueños de dicha tienda que tendrán que lidiar algún tiempo cuestionable con ese “espíritu chocarrero” muy provocador que no le interesa la tranquilidad.
De hecho, tales espíritus, conforme a las imágenes si existen, porque quizá tuvieron una muerte súbita y el fallecido no se da cuenta que está muerto, piensa que aún sigue con vida, por lo tanto, trata de hacer notar su presencia de alguna manera, tal como mencionan los expertos en clarividencia.
Por otro lado, según las creencias cristianas, el espíritu de la persona que fallece, desaparece totalmente de la faz de la tierra, para poderse dirigir hacia el lugar donde se merece como resultado de sus acciones llevadas a cabo en la tierra. Entonces en este caso no se trataría del espíritu de una persona, sino de un espíritu maligno que se habrá infiltrado.
En fin cada parte posee sus propios conceptos y son muy respetables.
HISTORIA REAL
Como colaborador de esta gran comunidad Planeta expresivo, tuve la oportunidad de poder presenciar este tipo de experiencias con espíritus alguna vez en mi vida.
Mi historia es esta:
Solía tener 8 años de edad, como todos, era un niño muy atento y bastante pensador y creativo (ahora tengo 26 años de edad, soy diseñador gráfico y aficionado a los deportes extremos).
Vivía en el campo junto a mis abuelos y mis tíos, ya que mis padres vivian en la ciudad y el siguiente año me iría a vivir con ellos.
Lo que más me asombra del campo, es que hay mucha tranquilidad a diferencia de la ciudad, pero no me gustaba la oscuridad inmensa de las noches, salvo si habría una amigable luna.
Una tarde, mis abuelos deciden dirigirse a una fiesta en pueblo muy cercano, pues yo decidí no ir y me quedé frente al prado para poder llevar las ovejas a su galpón para enseguida cenar y poder dormir.
Ya guardados los rebaños, me dirijo hacia el umbral de la casa con la idea de poder encender la luz y poder comer algo. Al momento que me acerco a las rejas de la puerta principal, los vellos de mi cuerpo se erizaron y sentí escalofríos, no entendía porque, pero seguí mi rumbo, logré abrir las rejas y escucho que alguien con una voz muy gruesa estaba en la cocina, que es ahí donde me dirigía, ese momento me asuste porque en mi casa nadie tenía esa voz tan fuerte y extraña, mi cuerpo se enfrió totalmente, además mis cabellos estaban muy parados.
Enseguida comenzaron a sonar las ollas y demás utensilios, mi susto fue muy grande que comencé a correr muy desesperado con dirección al pueblo sin voltear cuan Lot escapando cuando Sodoma y Gomorra se quemaban.
Llegue al pueblo donde se estaba celebrando una fiesta, no logre localizar a mis abuelos y tíos, entonces fui a la casa de un familiar para que me pudieran alojar por esa noche.
Pasado lo ocurrido, a la mañana siguiente regrese a la casa del campo y les comente a mis abuelos tal suceso, me creyeron un poco y decidí no hacer más grande el problema y me quede callado; en esa misma tarde, nos visita el hijo mayor de un vecino que colindaba con el rancho, se le notaba muy triste, en seguida le saludé, se quito su mochila de la espalda para lanzarlo a un costado y se puso a llorar, el motivo de su llanto era porque su padre había fallecido la noche anterior (esa noche del susto).
Hasta ahora me pregunto que era realmente ese ente, si habría sido el espíritu del vecino fallecido o algún ser maligno que deambulaba o estaba de paso, que hubiera pasado si dicho espíritu de este último llegaba después que yo, pues encontraba a un niño solo e indefenso a quien podría haberle causado algún daño fatal.
La verdad, esa experiencia fue muy espeluznante y aterradora que nunca olvidaré, ya han pasado 17 años y no tuve ninguna experiencia similar hasta ahora.
Mi conclusión es: la sensación que se puede percibir en cuanto a los seres humanos es: el que tiene vida tiene energía por lo tanto tiene calor, el que no tiene vida no tiene energía y está completamente frío.
Si tuviste alguna experiencia semejante, envíanos para poder publicarlo.