esclavos fallecido por estadio

Muertos de ataques al corazón por las largas y extenuantes jornadas laborales.
Muertos por no tener agua para beber mientras trabajan a pleno sol y a cincuenta grados.
Muertos por no tener comida que les permita aguantar dieciséis horas ininterrumpidas trabajando.
Muertos por no dormir.
Muertos por no tener arneses de seguridad que les impidan una caída al vacío.

Así, hasta 1.200 trabajadores a día de hoy.
Esclavos modernos en uno de los países más ricos del mundo.

Y todo, para que el Mundial de 2022 en Qatar sea el más espectacular de todos los tiempos.

estadio Qatar

El estadio, Una maravilla de la ingeniería. Pues dentro de ocho años, cuando vean por televisión los partidos del Mundial de Fútbol de 2022, acuérdense de esta cifra: 4.000 trabajadores han muerto construyéndolo. Construyendo este estadio de Al Khor y el resto de instalaciones del Mundial.

La Organización Internacional del Trabajo ha publicado un informe demoledor: inmigrantes esclavizados (nepalíes e indios, sobre todo) están muriendo en Qatar por las pésimas condiciones laborales pero también de hambre y de sed. Ya son 1.200. Y serán 4.000 antes del partido inaugural.

Qatar se va a gastar 150.000 millones de euros en infraestructuras para el Mundial (estadios espectaculares, un moderno sistema de trenes y metro, un nuevo puerto y un aeropuerto). La tecnología más moderna y la arquitectura más espectacular en un país en el que existe la esclavitud. Un millón cuatro cientos mil inmigrantes están atrapados en la Kafala, el sistema laboral que les ata a sus empleadores y no les permite abandonar el país ni cambiar de trabajo sin el permiso de su patrón, que, de facto, se convierte en su amo y señor. Así, los inmigrantes carecen de todo derecho, no están protegidos por ninguna norma laboral ni de seguridad, no pueden cambiar de trabajo y ni siquiera pueden reclamar que se les pague el salario que se les había prometido. El empleador tiene sus pasaportes y se convierte en el amo de sus vidas. Les dice incluso dónde tienen que vivir. Hoy. En el siglo XXI.

Esta semana, en una impactante protesta silenciosa, 1.200 cascos frente a la embajada catarí de Viena han recordado a todos y cada uno de los trabajadores muertos en la construcción de las instalaciones para la Copa del Mundo de 2022.

Y, a pesar de todo, la FIFA otorgó la organización del Mundial a Qatar.
Y, a pesar de todo, ningún país boicoteará el evento. ¿Qué selección no querría ir al Mundial?
Y, a pesar de todo, miles de millones de personas de todo el mundo disfrutarán de los partidos de un Mundial manchado de sangre, en estadios construidos a cambio de miles de vidas humanas.



Fuentes:
http://noticias.es.msn.com/blog/carme-chaparro/portada.aspx