
Tania, una joven de 21 años, vive cerca de un
parque nacional de reserva, actualmente es una estudiante se zootecnia en una
universidad muy cercana a su hacienda.
Desde muy pequeña estaba obsesionada con jugar e interactuar con los animales que habitaban en dicho parque que colindaba con su estancia, en varias ocasiones estuvo en peligro de sufrir el ataque de algunos osos y gatos de monte que ocasionalmente merodean por los alrededores de esa selva salvaje, además era la única hija y no tenía hermanas o hermanos con quienes podría jugar. Pasaron los años, acabó los estudios secundarios, sus padres proponen a que viaje a la ciudad para que pueda cursar alguna carrera profesional, pero que dicha carrera desempeñe en la ciudad (abogada, medicina, docente, etc.), pero la joven, con sus valores absorbidos de su entorno desde la época de la niñez, optó por elegir una carrera que le apasionaba, la zootecnia, rechazando las profesiones ofrecidas por sus padres.
Ya en la universidad, empezó a adquirir nuevos conocimientos a cerca de los animales y toda la biodiversidad; cuantas veces podía, se adentraba junto a sus amigas en diferentes parques de reserva y poder interactuar con los animales.
Tania decidió romper esquemas, ideó pasar dos días dentro del bosque totalmente desnuda y poder experimentar el severo cambio del clima y los daños causados por las personas.
Al final de su prueba concluyó de que no solo los cambios climáticos afectan a los animales, también, el fastidio humano, dichos factores perjudiciales causan anomalías en su ciclo biológico conllevando a su extinción.