Ecos de Lofoten, noruega

Alrededor de 1950, las familias de los pequeños y remotos pueblos de pescadores en Lofoten, Norte de Noruega, se les ofrecieron una suma de dinero por parte del Gobierno para que puedan abandonar sus hogares y trasladarse a lugares más centrales. También se comprometieron para nunca más volver una vez reubicándose.

Esto fue parte del plan del gobierno para centralizar y modernizar el país después de la Segunda Guerra Mundial. Las comunidades que habían sobrevivido durante siglos en un ambiente hostil en la frontera entre escarpadas montañas y el mar agitado, totalmente aislados durante los meses de invierno, pues en conjunto decidieron abandonar.

Los vecinos y amigos de muchas generaciones, reunieron todas sus pertenencias y salieron de sus casas y de sus campos. Las aldeas fueron totalmente abandonadas en unos meses. Debido a la escasez de materiales de construcción, desmantelaron sus casas y se llevaron algunas partes, dejando sólo las estructuras. Las formas autosuficientes de vida tradicionales se perdieron, y también una parte de la cultura de la costa.

Hoy, 60 años más tarde, la naturaleza ha recuperado las áreas. Mirando más de cerca, sin embargo, signos de vidas vividas todavía permanecen; cercas de piedra y algunas edificaciones siguen en pie, rodeado de caminos y huellas de jardines con hierbas y flores ocultas.

En este proyecto llevado a cabo por el fotógrafo profesional Hebe Robinson, trajo a las familias y sus vidas de nuevo a los pueblos por los que una vez vivieron. Fotografías históricas de estos lugares son devueltos a donde una vez fueron tomadas, donde une pasado y presente. El proyecto consiste en el pasar del tiempo, la historia, destinos y los cambios en la sociedad. Las Fotos y sus historias son de los mismos descendientes y llevados a cabo a través del collage exacto de la toma de la imagen.

Ecos de Lofoten - soldados
Los soldados alemanes están tratando de convencer para ingresar a la casa afirmando que detonarían posibles minas que estarían debajo de la vivienda. Gustav y su hijo Fredrik no permiten que los soldados ingresen, pues no eran considerados huéspedes.


Ecos de Lofoten - campo
Mathilde era tímida delante de la cámara.


Ecos de Lofoten - montaña
Alfred Arne Roald, Arnolda, Nanna, Torleif, Jon Finn y otros, caminando, probablemente en un domingo después de la iglesia.


Ecos de Lofoten - lago
Klara con su hermano Almar.


Ecos de Lofoten - familia
Amanda Arthur, Tyra y Elise Kuntze (1932/2010).


Ecos de Lofoten en nevado
Los primos Klara y Alf se van a esquiar.


Ecos de Lofoten - mujeres preparando alimentos
La asociación de mujeres preparando alimentos para un evento social.


Ecos de Lofoten - en monte
El grupo pasando un poco de descanso.


Ecos de Lofoten - casa abandonada
La casa pertenecía a Karla y George Gabrielsen en Helle. La comunidad colectivamente decidió mudarse, la estancia quedó desierta en pocos meses. Karla y George desmantelaron su casa y la reconstruyeron  en Sørvågen.


Ecos de Lofoten - llevando leña
Los familiares y amigos habían caminado durante horas para ayudar a la familia que vive en Bunesstranda para obtener leña para el invierno. Remando la madera en el mar abierto y el peligroso, el viaje probablemente tomó más de 10 horas.


Ecos de Lofoten - en grupo
El grupo que recogía leña posan para una fotografía.


Ecos de Lofoten - Johan Alfred Kristian Nilsen
Johan Alfred Kristian Nilsen se con casó Hanna Sofie Petersdatter. Tuvieron siete hijos y además fueron excelentes padres. Kristian fue asesinado en 1944 por una mina que habían sido arrojados a la costa-por una tormenta. Estaba de pie frente a su casa cuando explotó. Tres días antes del accidente, le escribió una carta a su hija donde pidió a Dios paciencia y para que los proteja de accidentes y enfermedades, asimismo el castigo para los que causaron la contienda. 


Ecos de Lofoten - Hermannsdalen
Edle, Anne y Fredrik (última generación que ha crecido en Hermannsdalen)

[Vía: Hebe Robinson]